EXPANSIÓN TERRITORIAL Y CULTURAL DE ESPAÑA EN AMERICA
Santiago Santos defiende nuestras conquistas.
Lo bueno que tienen las conferencias de Santiago Santos, vicepresidente de la Hermandad de Veteranos del Regimiento de Infantería «Inmemorial del Rey nº 1», cuando habla sobre la historia de nuestro Ejército, que es la historia de España, aparte de lo atractivo del tema y lo bien que se explica, es que se atiene a los hechos de manera fidedigna. Y que las charlas nunca son iguales. De una vez a la siguiente cambian. Aunque lleven el mismo título y traten de lo mismo, parecen distintas. Se mantiene la esencia, y el fondo, lógicamente, incluso la forma, pero son diferentes. No sé cómo explicarlo. Yo creo que se aburre de predicar lo mismo aunque las audiencias sean distintas y se pone a investigar para ampliarlo y añadir a las versiones anteriores nuevos datos con que enriquecer la sustancia a transmitir de forma aún más completa y amena.
—Tengo que cambiarlas porque después de dar la misma conferencia siete veces en distintos foros, me aburro –ha confesado Santiago esta mañana (se aburre, ya lo decía yo).
Esto ha sido al comenzar su disertación dirigiéndose a la parroquia reunida en el salón de actos del centro cultural de Chamberí –de acústica manifiestamente mejorable–. Y al acabar ha sido muy aplaudido por la treintena de asistentes porque su charla ha despertado el interés por estas cosas de la historia que a todos sorprenden por desconocimiento general de nuestro discurrir en Hispanoamérica durante los tres siglos de preponderancia patria, a partir de los Reyes Católicos y del descubrimiento.
Aparte del impecable tono didáctico y ministerial con que desarrolla su hilo argumental, y el aplomo con que cuenta lo que sabe, la característica más sobresaliente de Santiago es su flema. Es muy española en la defensa vehemente de la verdad, pero a veces parece inglesa por la inmutabilidad de su paciencia. Si alguien le interrumpe en plena disquisición argumental, se detiene, mira con displicencia –yo creo que no le hace gracia–, contesta y en paz. También su sorna se despliega cuando llama la atención al cansino que no para de levantar el móvil para grabar todo lo que el autor proyecta sobre la pantalla.
—Si quieres te hago un plano y así no tienes que grabarlo todo –le espeta a bocajarro al cansino, que se queda cortado, como sin aliento, incapaz de balbucear una excusa.
Con la ayuda de los indios
La entretenida ponencia del vicepresidente de los veteranos del Inmemorial comienza desmontado con pruebas irrefutables la «Leyenda Negra» que tanto daño ha hecho a la imagen de España por la falsedad de sus juicios y planteamientos. Se remite el autor a los orígenes del descubrimiento del continente americano por Cristóbal Colón, cuando los exploradores que le sucedieron se encontraron a las tribus matándose en continuos conflictos y a la población indígena practicando costumbres aberrantes a los ojos de la civilización de entonces, como los sacrificios humanos de la América precolombina.
—¿Alguien cree que hubiéramos podido conquistar nada con cuatro soldados mal pertrechados si no hubiera sido con la ayuda de los propios indios? –se preguntaba Santiago–. La gente piensa que España colonizó América, pero la conquista fue conjunta entre indígenas y españoles, hasta el punto que el 95% de los conquistadores eran indígenas.
Abordó el conferenciante el origen de las leyes de Indias, las posesiones durante el reinado de Carlos I en el siglo XVI y su impulso a la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, la figura del almirante Blas de Lezo, el medio hombre, que con 3.000 españoles venció a 25.000 soldados de la escuadra inglesa del almirante Vernon en Cartagena de Indias, cuando éste daba por sentada su aplastante victoria y hasta acuñó monedas conmemorativas de su triunfo sobre los españoles –que luego tuvo que destruir–.
—Si Vernon hubiera ganado a Blas de Lezo la batalla de Cartagena de Indias, probablemente en América del Sur hoy se hablaría inglés –dijo Santiago, ante la expectación del respetable.
Los ingleses y la «Leyenda Negra”
Bernardo de Gálvez y la india Malinche –de moda ahora por el musical del artista Nacho Cano–, el galeón de Manila, la flota de Indias, la vida a bordo de los barcos de la época, los símbolos hispanos y la poderosa expansión cultural de los virreinatos fundando universidades, hospitales e imprentas, la red de presidios en México y el legado español en Estados Unidos fueron temas abordados por Santos en su interesante prédica, en la que hasta utilizó la Inteligencia Artificial creando un personaje de época para señalar las herramientas utilizadas por los ingleses para fomentar la «Leyenda Negra». Cuando Santiago señala los presidios españoles sobre un mapa, el cansino vuelve a la carga e interrumpe de nuevo su discurso para preguntar.
—¿Por qué lo llama usted «presidio»? –como si fuera un invento de Santiago– ¿No sería más oportuno llamarlo «fortaleza» o «fuerte» o de otra forma?
—¿Qué quiere que le diga? –contesta Santiago, visiblemente contrariado y armado de conmiseración hacia la ignorancia–. No me lo he inventado yo, así se llamaban entonces, aunque no tenía el término las connotaciones carcelarias de hoy.
Prosiguió el ponente proyectando un vídeo con declaraciones de un bisnieto del famoso Gerónimo en el que explica quiénes era los malos de la película en eso de la extinción de los indios, si los españoles o los ingleses.
—Los ingleses mataron a casi todos los indios –afirma categórico en la grabación Alfonso Borrego, bisnieto del jefe apache Gerónimo, inmortalizado por las películas del Oeste.
Con expresiones del presidente Kennedy sobre la influencia beneficiosa de los españoles en América y del presidente Joe Biden afirmando que «no hubiéramos sido un país independiente sin vosotros», concluyó Santiago Santos su personal y didáctica incursión en el pasado de la aventura española en el nuevo mundo, recalcando el respeto que siempre tuvimos hacia los indígenas gracias a las Leyes de Burgos promulgadas por los Reyes Católicos.
—Las leyes abolieron la esclavitud y consideraron a los indios hombres libres, súbditos españoles con plenos derechos y legítimos dueños de sus casas y sus haciendas –dijo Santiago Santos para cerrar su turno y abrir el coloquio con que concluyó el acto.
Primitivo Fajardo (14-06-2024)