Ayer, aunque teníamos programadas dos actividades, por inclemencias meteorológicas, solo pudimos celebrar la comida. Compartimos un “cocido legionario” que sirvió en algunos casos para el reencuentro entre veteranos que, por diversas circunstancias no nos veíamos desde hacía varios meses. Uno de ellos era Ricardo Ballesteros que, haciendo una demostración de su entereza y determinación, supero sus limitaciones temporales y pudimos disfrutar de su compañía. Ricardo, muchas felicidades.